Millones de colombianos que reciben giros de sus familiares y amigos residentes en el exterior se sacaron el premio gordo de la lotería el año pasado sin siquiera comprarlo, como se dice popularmente.

La razón es que por cuenta de la devaluación acumulada durante el 2015 –42,2 por ciento en promedio– recibieron cerca de 3,5 billones de pesos más por las remesas enviadas desde distintos países del mundo donde en la actualidad hay cientos de colombianos trabajando.

El ingreso de esos dineros al país el año pasado, cerca de 4.639 millones de dólares, ha sido el más alto observado desde el 2008, cuando estos alcanzaron los 4.785 millones de dólares, según reporte del Banco de la República.

Esto significa que las familias obtuvieron más de 12,7 billones de pesos por esa vía, si se tiene en cuenta la tasa de cambio promedio de 2.746,47 pesos del 2015.

Si la moneda colombiana no hubiera perdido tanto valor frente al dólar el año pasado, por esos mismos 4.639 millones de dólares de remesas solo habrían ingresado a las arcas de las hogares unos 9,3 billones de pesos, cifra que sigue siendo significativa para las finanzas familiares en medio de una economía cada vez más debilitada.

Ahora bien, si se tiene en consideración que en el 2014 los giros de dinero del exterior sumaron alrededor de 8,2 billones de pesos, la ganancia para los colombianos el año pasado aumentó 55,6 por ciento vía remesas, una vez esos dólares se pasaron a pesos.

El año pasado se acentuó la escalada alcista en la tasa de cambio, que alcanzó su pico más alto a mediados de diciembre, cuando por un solo dólar se alcanzó a pagar, en promedio, 3.356 pesos, hasta ese momento el máximo en la historia cambiaria del país.

Ese comportamiento en las remesas se dio pese a que la temporada de fin de año pasada no fue tan intensa en cuanto a volumen de recursos enviados desde el exterior. Incluso, el cuarto trimestre del año no fue tan dinámico como los anteriores.

Las estadísticas del Banco de la República indican que las remesas en diciembre pasado crecieron solo 8 por ciento frente a igual mes del 2014. Agosto, con un disparo del 49,2 por ciento, fue el mes más dinámico en esa materia para el país en el 2015.

Ese crecimiento, junto con el observado en julio (23,3 por ciento) y septiembre (22,4 por ciento) de ese mismo año, llevaron a que el tercer trimestre del 2015 fuera el de mayor crecimiento en remesas (31,1 por ciento), si se compara con igual periodo del 2014.

El mayor ingreso de recursos a las finanzas del hogar por las remesas llega justo en momentos en que la economía del país se está desacelerando, al punto de que ya varios analistas del mercado estiman que será menor al 2,8 por ciento el crecimiento del 2016.

"Desde un 3,1 por ciento estimado para el 2015 se redujo el pronóstico central de crecimiento para este año de 2,8 a 2,6 por ciento", dijeron los analistas del Grupo Bancolombia.

Agregaron que dicha revisión se debe a que "la demanda interna seguiría siendo el motor de la economía, pero se espera que todos sus componentes se expandan a una tasa más baja que en el 2015. Se prevé que haya un marcado contraste en los desempeños sectoriales. Finalmente, se estima que la recuperación prevista para el 2017 sería menos pronunciada que lo dicho hace tres meses".

Otros analistas comentaron que si bien el panorama económico del país no luce muy positivo, muchas familias podrán estar tranquilas porque esos dineros que les llegan del exterior mantendrán un desempeño positivo este año por cuenta del fortalecimiento del dólar y la mejora que comienzan a darse en la economía estadounidense y en algunos países de Europa, de donde proviene la mayor parte de las remesas que ingresan al país.

Aunque en los registros del ente emisor aparecen ingresos por remesas de más de 33 países del mundo, solo 5 de estos soportan el 76,5 por ciento de estos recursos que llegan del exterior con destino a las familias colombianas.

Estados Unidos y España siempre se han peleado los dos primeros puestos en cuanto al origen de las remesas. Venezuela, que era el tercer mayor proveedor de estos recursos, dejó de serlo hace muchos años.

Hoy países como Panamá, Chile y Reino Unido se han sumado a ese pequeño grupo de lugares desde donde se envían remesas, aunque muy lejos de los volúmenes que llegan de Estados Unidos y España.

El año empezó con una divisa fuerte

El fortalecimiento del dólar continuará dándoles una mano a cientos de hogares colombianos, muchos de las cuales derivan su sustento de los recursos que familiares les envían desde el exterior.

Con tan solo 27 días transcurridos del nuevo año, la divisa estadounidense ya se ha fortalecido un 7 por ciento frente al peso.

Este jueves, por un dólar se pagan en promedio 3.366,6 pesos, que es la tasa oficial de la jornada. Pero en lo que va del 2016, ese precio se ha elevado hasta los 3.425 pesos, como ocurrió el martes de esta semana.

Lo que puede ser el dolor de cabeza para los importadores de materias primas y quienes tienen deudas en dólares, para otros es casi una bendición, en la medida en que multiplican esos recursos que les llegan desde fuera del país.

En Alianza Valores, los analistas ven posible que el dólar alcance los 3.600 pesos e incluso niveles más altos, por lo menos en el corto y mediano plazo. Esto, debido a que persiste la incertidumbre en los mercados externos por cuenta de los bajos precios del petróleo.

Si bien los analistas coinciden en que de mantenerse esa volatilidad, un dólar más costoso que el observado hasta ahora estará a la vuelta de unos cuantos días, sus expectativas de más largo plazo, es decir, para el cierre del año, sitúan la tasa de cambio del país entre los 3.000 y 3.200 pesos, sin duda, un nivel que continuará favoreciendo los ingresos de las familias vía remesas, pero no tanto como sucedió en el 2015.