septiembre 8 de 2016
Es la primera vez desde 1999 que los inventarios sufren un desplome tan grande. Las consecuencias en el país se sentirán en el precio del dólar.
s cierto que después de la tormenta llegue la calma. Hoy, los mercados internacionales experimentan todo lo contrario, luego de recibir con sorpresa este jueves los datos de inventarios en Estados Unidos.
La caída de 14,5 millones de barriles durante la semana pasada removió los mercados, pues no estaba en las cuentas de nadie un desplome de estas proporciones. Se trata de la mayor baja semanal desde enero de 1999.
Según Camilo Silva, socio fundador de Valora Inversores, esta caída se dio por el declive de las importaciones en el Golfo de México y la Costa Este de los Estados Unidos, tras la tormenta Hermine, que interrumpió rutas de transporte marítimos y disminuyó la producción de crudo la semana pasada, situación que obligó a que se utilizarán los inventarios para ser usados en las refinerías.
"Para tener una dimensión clara, hay que tener en cuenta que lo que se produce en el Golfo de México es el 17 por ciento del total de petróleo que se produce en todo Estados Unidos", destacó el analista.
Así mismo, los inventarios de gasolina bajaron en 4,2 millones de barriles, mucho más que el retroceso de 171.000 barriles, proyectado recientemente por analistas consultados en un sondeo de la agencia Reuters.
Las existencias de destilados, que incluyen diésel y combustible para calefacción, se incrementaron en 3,4 millones de barriles, frente a expectativas de expertos de un alza de 684.000 barriles.
Estas situaciones llevaron a que el petróleo pasara de estar en 45 a 47,5 dólares en pocas horas.
Para el caso de Colombia esta caída en los inventarios tiene dos lecturas: una optimista que apunta a que la tasa de cambio empezará a debilitarse y una más cautelosa que indica que este efecto está atado a otras variables y que sólo hasta en los próximos días se sabrá el rumbo que tome el precio del dólar en el país.
Según Camilo Silva, la subida de los precios del petróleo, como consecuencia de la caída de inventarios en Estados Unidos, aumentaron las probabilidades de ver un dólar por debajo de los $2.800 pesos e incluso en niveles de $2.650, algo impensado a principio de año, cuando la divisa bordeaba los $3.100.
Silva señala que adicional a eso, esta caída de inventarios, que reacomodó las expectativas de los analistas, coincidió con que el dólar en el país se encuentra en sus niveles más bajos del año, lo que podría aumentar su debilitamiento.
Aunque en la jornada de hoy el mercado operó con el dato de los inventarios, sus efectos no fueron tan notorios e inmediatos porque el mercado está tratando de llevar una balanza.
Sin embargo, las próximas jornadas serán claves para determinar el rumbo de la tasa de cambio.
"Estamos en un punto en el que o el dólar se debilita o se fortalece", agregó Silva.
Todo dependerá de lo que suceda en los próximos días en las reuniones de las Opep y de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Y es que si la Opep llega a un acuerdo de congelar la producción, que le permita al petróleo subir más, esto será una presión adicional para que el dólar continúe su debilitamiento. Si además de esto, la Fed no sube las tasas y las perspectivas se caen, el dólar caerá, rompiendo los niveles de $2.800.
Sin embargo, para Carolina Díaz, de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, aunque el precio del dólar sí podría contraerse en las próximas jornadas, por su fuerte correlación con el precio del petróleo, no es muy claro que este efecto se vaya a repetir constantemente. Además, señala que la tasa de cambio está atada a otras variables del panorama local e internacional.
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